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Análisis El Origen de la Sangre: el spinoff que ahonda en el universo de The Witcher

La que prometía ser una expansión aceptable de The Witcher ha resultado quedarse corta. Aquí tenéis nuestro análisis El Origen de la Sangre.

No ha estado mal, pero la serie no ha resultado ser lo que se esperaba de ella. Os dejamos nuestra opinión en este análisis El Origen de la Sangre.

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Análisis El Origen de la Sangre

Desde su anuncio, las ganas que teníamos de ver por donde saldrían con esta nueva historia de The Witcher eran enormes. Seremos sinceros, a la hora de la verdad es una serie que se disfruta bastante, pero ahí queda la cosa. Al contrario que en otras producciones similares, el formato no ha sido el problema, sino más bien el enfoque que se le ha dado y, a decir verdad, lo desaprovechada que ha quedado la trama.

Análisis El Origen de la Sangre

La imagen anterior es del principio de la serie. La historia empieza de forma vertiginosa y con una premisa interesante de manos de un personaje muy querido, Jaskier. Para evitaros el destripe, solo os diremos que su cameo consiste en diez minutos que hacen de apertura y cierre de la verdadera trama, de la que hablaremos a continuación.

Una trama condensada con poco de The Witcher

El argumento no empieza nada mal. Un grupo de héroes que trata de derrocar un imperio. Una trama original protagonizada por los elfos. Un elenco con personalidad y trasfondo interesante. Por desgracia, ni se ha explorado suficiente en su pasado, ni ninguna de las dos tramas originales sorprende especialmente.

La primera línea argumental nos muestra el nacimiento del grupo de esos siete elegidos mencionados en esa especie de prólogo con Jaskier. A los primeros que conocemos serán a Fjall y Éeile, dos guerreros élficos de distintos clanes que nada más encontrarse intentarán matarse el uno al otro, o al menos esa era la idea. En cuestión de dos escenas pasarán de intento de asesinato a aliados, un giro rotundo que cuesta entender de primeras por mucho que se justifique.

Debido a la corta duración de la serie, el grupo se reunirá en cuestión de tres capítulos para hacer frente a una amenaza común en el cuarto. Al final la sensación que da es la de estar viendo una película en versión extendida más que una serie, algo que no es malo necesariamente, pero que acaba dejando muchos cabos sueltos por desgracia. Sinceramente, es una lástima pensar en las posibilidades que no se han aprovechado y en lo poco que hay de The Witcher en el producto final.

Pasemos a hablar del segundo hilo argumental, la historia de Merwyn, princesa del reino de Xin’Trea que pasa, literalmente, de estar en un punto de la balanza al otro en velocidad récord. No es que su trama sea mala, pero la forma en que avanza, continuamente en una única dirección, y el éxito que tiene en su empresa, sin la menor resistencia o posibilidad de error, acaban por volver su intervención en la serie como predecibles y sin encanto.

Lo que quizás salva un poco su trama es el cambio que se da en su personalidad que, para no entrar en detalles, digamos que podría hablarse de una conversión completa sin exagerar. Es lo mejor que tiene Merwyn, la verdad, pues el resto no merece mucha mención. El cambio que da de princesa a emperatriz se da en ambos niveles, apreciándose el giro que da su mentalidad de la pureza a la ambición conforme más avanza en la misión que se autoimpone.

the witcher 1

Una misión imposible con un desarrollo predecible

Sin importar a cuál de las dos tramas nos refiramos, ambas persiguen objetivos que llevan a pensar inmediatamente en lo difícil de la empresa. El grupo de Fjall y Éeile no solo quiere entrar en un reino con un efectivo de solo siete personas, sino que buscan acabar con la emperatriz. Por su parte, el objetivo final de Merwyn es colonizar otros mundos con la ayuda del mago Balor.

the witcher 4

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El argumento de ambas pecan de simplista por la estructura tan sencilla y repetitiva que se da: tras pasar una prueba o un peligro, un nuevo miembro se une al grupo (dos en el caso de los magos) en la trama rebelde, mientras que la emperatriz acaba convirtiendo a todos en su alrededor en escalones que usar para lograr su objetivo. En su defensa, al menos cada una de ellas tiene algo interesante, la dinámica de grupo en la primera y la transformación completa de personalidad en la segunda.

Las respuestas que no llegan

¿Lo más gracioso de ambas tramas? Que acaban incluyendo elementos del universo de The Witcher. El problema de esto no es que se desaproveche, de hecho, Balor cumple bastante bien con su parte, pero es la falta de información la que no termina de encajar. Incluir elfos, algunos hechizos reconocibles y un par de monstruos, no basta para emparentar esta serie con las aventuras de Geralt de Rivia; se queda en pobre intento más bien.

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Incluso en las cosas que tienen sentido hay demasiadas lagunas por llenar. ¿Quién es la fuerza misteriosa que habla con el mago Balor? ¿Por qué el terror a la Prueba de las Hierbas? ¿Qué es la criatura que protege Xin’Trea? Si a esto le sumamos ciertos detalles, como la falta de desarrollo de algunos personajes (Scian, sin ir más lejos), o la cantidad que aparecen para que, a la hora de la verdad, solo se desarrollen Fjall, Eéile y Merwyn, chirrían por lo fácil que es percatarse de ellas.

El telón de fondo de algo más grande

Para terminar, lo más grave de la serie es como se dejan los temas más interesantes para el final. En la información que se reveló antes de su lanzamiento, dos temas eran los más jugosos para The Witcher: el nacimiento del primer proyecto de brujo y la Conjunción de las Esferas. ¿La realidad? Ambas se cumplen, pero la segunda es más una consecuencia para cerrar la trama de forma rápida.

conjuncion esferas 1

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Al final, lo que nos dejan los últimos minutos es un resumen de lo que fue el mundo tras ese fenómeno astral, apenas explotado e incluido con calzador para cerrar la historia, y una vuelta al presente, rápida y directa, con Jaskier, con la excusa de una canción con la leyenda de los siete en los créditos. Con la serie ya acabada la sensación es agridulce, se disfruta, pero no es una experiencia memorable, ni mucho menos.

Conclusión

Aun con todas sus carencias, El Origen de la Sangre no es un desperdicio de tiempo ni tampoco una mala inversión. Entre su elenco hay grandes actores que hacen muy bien su papel, aunque hay que destacar que Michelle Yeoh, en su papel como Scian, queda relevada a un segundo plano que no la deja brillar. La serie no es mala del todo, pero tampoco es lo mejor que se ha visto últimamente.

ENTRETENIDA, PERO DESAPROVECHADA

Si queréis pasar un rato entretenido, entonces os recomendamos que le deis una oportunidad. Pero si lo que buscáis es una serie al alcance de Henry Cavill y su interpretación de Geralt, entonces es mejor que paséis de largo.

The Witcher: El Origen de la Sangre está disponible en Netflix.