Completa Reseña Kaguya-sama: Love is War
Estamos en una semana triste para los fans de Kaguya-sama. Finalmente, tras siete años de serialización en la Young Jump, uno de los romcoms más populares de la actualidad pone fin a su manga.
Para rebajar un poco el dolor de la pérdida desde Evelon Games te traemos esta reseña de todo lo que hemos visto hasta ahora en la adaptación al anime. Si no has leído el manga, es el mejor momento para que leas nuestra reseña, recuerdes acontecimientos, ¡y te lances a acabar esta guerra de amor!
Es broma… Pero si quieres no es broma
La dinámica de Kaguya-sama siempre ha sido muy sencilla. Dividido en capítulos cortos por cada episodio, cada uno nos cuenta las situaciones random que viven los miembros del consejo estudiantil de la Academia Shuchiin.
Sin embargo, dentro de los sketches de comedia, se estaba cociendo algo mucho más que unas simples risas. El presidente Shirogane y su vicepresidenta Kaguya comparten gustos. Concretamente, gustos del uno al otro.
En cualquier otro anime de romance podríamos ver a los protagonistas buscar la situación ideal para confesarse. O simplemente saber si son correspondidos o no. En este anime los momentos para confesarse sobran y los sentimientos mutuos están confirmados. Si Kaguya y Shirogane no son novios, es por una cuestión de orgullo.
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Fingir y luchar. En eso consiste el amor en este anime. El amor es una guerra en la que el orgullo debe ganar. Ambos personajes fingen no estar enamorados el uno al otro, y quieren que el otro se confiese. ¡Ellos jamás se achantarán y se confesarán antes que el otro!
Kaguya y Shirogane
Los sentimientos de ambos son cada vez más claros con el paso de los capítulos. La desesperación por conseguir ser la pareja del otro incrementa con el avance de las temporadas.
Pero ¿realmente estos dos están haciendo bien? Si bien es cierto que es normal que al principio sientan esos nervios y esa vergüenza por confesarse, el orgullo les domina. Pero ¿por cuánto tiempo? ¿Realmente vale la pena desperdiciar su adolescencia renunciando a ese romance? ¿Realmente están tan seguros de que un día estarán juntos?
Ambos provienen de contextos diferentes. Ella tiene el futuro hecho gracias a su familia, mientras el presidente aún debe pelear por su futuro. Además de esto, nada les garantiza que sus situaciones familiares los separen en breve.
El amor es una guerra
La primera temporada eran risas. La segunda temporada eran risas, pero ya tenían el tiempo encima. La tercera temporada marca un antes y un después en la atmósfera del anime.
La presión ha llegado. El presidente debe irse al extranjero durante un año y le quedan pocos meses para despedirse de la chica. ¿Este se va a ir sin declararse? Shirogane finalmente toma la decisión. Es hora de tirar el orgullo. No queda más tiempo. Es ahora o nunca.
Ante la sorpresa de muchos espectadores, el anime se pone intenso. En la tercera temporada vemos cómo Shirogane está creando un plan para confesarse. Pero jamás sabemos cómo lo va a hacer. Finalmente tenemos un par de capítulos finales donde la tensión acumulada durante temporadas explota. La excesiva pero quizá necesaria parafernalia de la confesión (¡globos y corazones!) hacen de este momento único, tanto para este anime como para todo el género.
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Quién iba a pensar que el anime que empieza como una parodia de otros, con tantas referencias a tantas series, juegos y demás, acabaría teniendo una de las confesiones más impactantes del anime. ¡Que incluye un beso! Kaguya (sí, ella, no él) se lanza a por este con un beso que roba toda la inocencia de los pasados capítulos. Una inocencia que se pierde por todo lo alto cuando luego descubrimos que ella le ha dado un beso con lengua… Toda una explosión de sentimientos tanto del espectador como de los protagonistas.
Ishigami
La historia de Ishigami es secundaria, pero es clave. La evolución de su trama es de otro mundo. Pasamos de ver a un chico desinteresado, «rarito» y asocial, a ver a un chico que no le cabe el corazón el pecho por su pasado en la secundaria.
Además de este revelador pasado que a cualquiera le cambia las perspectivas hacia este personaje, Ishigami tiene una trama final en la tercera temporada parecida a la de los protagonistas. Este chico se ha enamorado de Tsubame, una chica del comité del festival cultural. Él cae rendido ante ella, pero sabe que no podrá hacer nada. Son de diferentes «calañas» y él es demasiado asocial para dirigirse a ella.
Sin embargo, un milagro sucedió e Ishigami se confesó a Tsubame. Eso sí, lo hizo sin querer, pues realmente solo fue un malentendido por desconocer la leyenda del festival. Esto llevó a Tsubame plantear una respuesta. Si bien no salió bien por ahora, estos dos representan otro tipo de relaciones que, digamos, podría verse más «normal» dentro de la trama de este anime. Eso sí, que fuera por un malentendido mantiene el nivel de comedia…
El pasado del chico junto con este presente le hacen un personaje fresco para una trama en la que la tensión y las risas se encuentran emparejadas.
Chika y su ending
No podemos terminar esta reseña sin hablar de la arruina momentos románticos profesional. Pero también de la causante de muchas carcajadas. Es ese personaje que aparece que no aporta nada, pero sin ella nada sería igual.
Es la más inocente. Es la que no está envuelta en ningún tipo de romance. Pero es la que une al consejo estudiantil, aunque sea para jugar a juegos absurdos.
Además, ¿quién no ha bailado su famoso baile del ending? Esta chica nos ha dado un temazo bailable que ni en TikTok encontramos.
Tanto el anime como el manga de Kaguya-sama: Love is War ya se encuentran finalizados.
