Análisis de A Pizza Delivery: Cuando Repartir Pizza se Convierte en un Viaje del Alma

Analizamos A Pizza Delivery, el indie español de Eric Osuna, en el que controlamos a B, una repartidora cuya última entrega se convierte en un viaje surrealista por un limbo emocional.
Análisis de A Pizza Delivery: Cuando Repartir Pizza se Convierte en un Viaje del Alma

Hay algo extrañamente hipnótico en conducir una Vespa por carreteras vacías al atardecer. Pero, ¿qué pasa cuando esas carreteras no llevan a ninguna parte? ¿Cuando los edificios flotan y los extraños parecen atrapados en sus pensamientos? Esto descubrí en A Pizza Delivery, y lo que estaba por venir cambiaría mi percepción de lo que un videojuego puede transmitir. Pero antes de contarte ese momento revelador, déjame llevarte al inicio de esta peculiar entrega.

Un Reparto que Trasciende lo Cotidiano

Un Reparto que Trasciende lo Cotidiano A Pizza Delivery

Cuando arranqué el motor de mi Vespa como B, la repartidora protagonista, pensé que estaría haciendo una simple entrega de pizza. Ya sabes, el típico trabajo de fin de turno donde solo quieres terminar e irte a casa. Pero A Pizza Delivery, del desarrollador Eric Osuna y publicado por Dolores Entertainment, tenía otros planes. Este indie español no es lo que esperas de un juego de repartidor, es raro, extraño, y te mete en un espacio liminal donde no sabes bien si lo que ves es real o está todo en la cabeza de alguien.

Desde el primer momento me di cuenta de que algo no cuadraba. Los escenarios parecían salidos de esos sueños raros que tienes cuando estás medio dormido, ¿sabes? Edificios flotando en el aire, escaleras que van a ningún sitio, y personajes que te miran como si cargaran con el peso del mundo.

El juego básicamente te suelta en este «no lugar» lleno de gente atrapada en sus propios rollos emocionales. Aquí no hay enemigos a los que matar ni puntuaciones que batir. Solo conduces, hablas con la gente que te encuentras, y compartes pizza. Sí, la pizza es tu forma de conectar con los demás. Suena simple, pero funciona.

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Jugabilidad de A Pizza Delivery: La Lentitud como Virtud

Aquí va algo que me pilló por sorpresa, A Pizza Delivery me obligó a ir despacio. Vivimos en una época donde todos los juegos te piden reflejos rápidos y acción constante, pero este va justo en la dirección contraria. Aquí lo importante es explorar con calma, fijarte bien en lo que te rodea y hablar con la gente que te encuentras.

Conducir la Vespa por esas carreteras vacías fue casi terapéutico. No tienes límite de tiempo, nadie te persigue, no hay prisa. Puedes pararte cuando quieras, bajarte y quedarte mirando el paisaje raro que tiene el juego. Y te vas a parar, créeme.

Los puzzles no están ahí de relleno. Tienen sentido dentro de la historia y te ayudan a entender mejor quién es B y qué les pasa a los personajes. Juntaba objetos raros, tocaba cosas que parecían fuera de lugar, y cada vez que resolvía algo, entendía un poco más de lo que estaba pasando.

Pero lo mejor es lo de compartir pizza. Literal, te sientas con los NPCs y les ofreces una porción. No es una escena de video, puedes elegir hacerlo o no. Algunos aceptan y te cuentan su rollo, otros pasan de ti. Son detalles pequeños pero hacen que la partida se sienta tuya, como algo más personal.

Gráficos de A Pizza Delivery: Surrealismo Visual que Hipnotiza

Gráficos de A Pizza Delivery: Surrealismo Visual que Hipnotiza

El estilo visual es donde A Pizza Delivery más brilla. Eric Osuna ha montado un mundo que parece una pintura surrealista animada. Me recordó un poco a Dalí o Magritte, pero tiene su propio rollo.

Los colores son una pasada. Los atardeceres duran una eternidad con esos naranjas y morados, mientras que las zonas más oscuras van a tonos fríos y apagados.

Y luego está la arquitectura imposible. Edificios flotando, escaleras que no van a ningún lado, puertas colgando en el aire, todo pensado para que sientas que estás dentro de la cabeza de alguien, no en un sitio real. Hubo veces que me paré en seco solo para mirar cómo desafiaba la física sin perder el sentido.

Los personajes tampoco son ni súper realistas ni de dibujos animados. Están en un punto medio raro que los hace sentir humanos pero como… etéreos, ¿sabes? Como si fueran la proyección de lo que sienten por dentro. Cada uno tiene su pinta y te dice cosas de ellos antes de que hablen.

Sonido de A Pizza Delivery: La Banda Sonora del Silencio

El diseño de audio merece mención aparte porque va a contracorriente. Aquí no hay bandas sonoras épicas ni músicas pegadizas. Es todo muy minimalista y funciona de lujo.

La mayor parte del tiempo solo oyes el motor de tu Vespa, el viento entre edificios vacíos, tus pasos. Y punto. Pero esos silencios no son aburridos, te dejan espacio para pensar, igual que B debe estar pensando mientras conduce.

Cuando suena música, es super sutil. Un piano por aquí, unos sintetizadores ambientales por allá. Nunca te distrae. Lo curioso es que cuando hablas con los personajes, la música cambia, puede ser más esperanzadora si todavía tienen sueños, más oscura si están atrapados en el pasado.

Los efectos de sonido también están cuidados. El crujido de las cosas cuando las tocas, el ruido de partir la pizza y voces lejanas que no sabes de dónde vienen. Todo suma para crear esa sensación rara del juego.

Dificultad de A Pizza Delivery: El Desafío Está en la Atención

Dificultad de A Pizza Delivery El Desafío Está en la Atención

A Pizza Delivery no es difícil como otros juegos. No mueres, no hay game over, ni jefes finales. Pero tampoco es pasarte el juego sin pensar.

La cosa va de fijarte bien y tener paciencia. Algunos puzzles me costaron porque tenías que estar atento a los detalles. Recuerdo estar varios minutos buscando algo hasta que vi un objeto ligeramente diferente en una esquina que había ignorado. Si no te va eso de explorar cada rincón, te puede frustrar un poco.

El sistema de guardado es lo más polémico. Cuando cierras y vuelves, no apareces donde lo dejaste, sino al principio del área. Toca rehacer algunos puzzles. A mí no me molestó mucho porque los resuelves rápido cuando ya sabes la solución, pero entiendo que a otros les rompa el rollo.

Y luego está la dificultad emocional. El juego va de soledad, arrepentimientos, buscar sentido a las cosas, conectar con gente. No te deja indiferente. Hay historias que te pueden pegar fuerte según lo que hayas vivido tú.

Narrativa y Conexión: El Corazón del Juego

Lo que realmente elevó mi experiencia con A Pizza Delivery fue su narrativa fragmentada pero coherente. La historia de B se va revelando poco a poco a través de objetos, recuerdos y conversaciones. No hay exposición forzada ni diálogos explicativos interminables, la narrativa confía en tu inteligencia para conectar los puntos.

Cada personaje que encontré tenía su propia historia completa. Algunos estaban atrapados en bucles de nostalgia, reviviendo momentos del pasado una y otra vez. Otros miraban hacia adelante con ansiedad, incapaces de avanzar por el miedo a lo desconocido. Y unos pocos simplemente existían en el presente, aceptando su situación con una serenidad que resultaba casi zen.

Lo brillante del diseño narrativo es que puedes elegir cuánto involucrarte. Puedes pasar de largo de ciertos personajes y completar el juego sin conocer sus historias, o puedes sentarte con cada uno de ellos, compartir pizza y escuchar lo que tienen que decir. Ambos enfoques son válidos, pero obviamente, cuanto más tiempo inviertas en conocer a estos habitantes del limbo, más rica será tu experiencia.

  • Exploración meditativa: Recorrer esos paisajes liminales y surrealistas montado en la Vespa es una experiencia casi terapéutica que invita a la contemplación.
  • Narrativa introspectiva: La historia de B se va desvelando poco a poco mediante objetos y recuerdos, sin darte todo masticado ni subestimar tu capacidad de atar cabos.
  • Personajes únicos: Cada habitante de este limbo emocional tiene profundidad y personalidad propias. Compartir pizza con ellos para descubrir sus sueños y arrepentimientos crea momentos genuinamente conmovedores.
  • Rompecabezas simbólicos: Los puzzles tienen significado narrativo y te permiten tanto progresar como simplemente contemplar el mundo que te rodea.
  • Pistas sutiles en los puzzles: A veces cuesta pillar los indicios si no estás muy atento al entorno, lo que puede despistarte.
  • Sistema de guardado frustrante: Cuando vuelves a jugar, apareces al inicio del área, no donde lo dejaste. Toca repetir algunos puzzles.
  • Rompe la inmersión ocasionalmente: Aunque no son problemas graves, estos detalles pueden sacarte del rollo que el juego intenta crear.

Conclusión

A Pizza Delivery demuestra que no todos los juegos necesitan disparos, puntuaciones o cronómetros para ser memorables. A veces, basta con compartir una pizza para construir una historia que te toque el alma. Es una invitación a detenerte, observar y reconectar con lo que importa.

En un mercado lleno de juegos que compiten por tu atención, A Pizza Delivery te pide algo distinto, que te regales unas horas de calma e introspección. Historias ficticias que resuenan con verdades muy humanas. Y eso, en mi opinión, vale la pena.

«Una entrega que no lleva pizza a tu puerta, sino que transporta tu alma a lugares donde nunca pensaste que un videojuego podría llevarte.»

Hemos analizado A Pizza Delivery gracias a una clave proporcionada por
Dolores Entertainment en su versión de PC.

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