Pocos enemigos son tan resistentes y problemáticos, por eso hoy os contaremos como acabar con cada tipo de constructos en The Witcher 3.
¿Qué son los constructos?
Algunos monstruos son capaces de matar a Geralt de forma sencilla si no se anda con cuidado, entre ellos se encuentran los constructos. Su característica principal es que están compuestos de un elemento en particular y que cumplen una misión, creados mediante la magia por magos que les asignaron una tarea y que, incluso con la muerte de su maestro, se ven obligados a cumplir. Son capaces de despertar rápidamente de su inactividad, dando más de una desagradable sorpresa con su aparición.
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El mejor consejo preliminar que os podemos dar es que tengáis a mano siempre aceite para constructos y que os olvidéis de atacar de forma continuada. Ellos pueden aguantar vuestros golpes, vosotros no. Y sí, mayormente los atacaréis con la espada y una clase específica de bombas, pero van a tardar en caer más que la mayoría.
Tipo de constructos en The Witcher 3
Gárgolas:
Con cuerpos formados de dura piedra y una fuerza sobrenatural, lo mejor que se puede hacer contra ellos es no ir de frente. Al ser de roca, sus ataques no pueden bloquearse y siempre recibiréis daño, por no hablar de que les encanta lanzar piedras que, para colmo, os pueden envenenar si tenéis muy mala suerte. Sus únicas debilidades son la señal Yrden y las bombas de dimerita. Más allá de eso, solo os queda atacarlas cuando veáis oportunidad y esperar a que su barra de vida finalmente se acabe.
Golems:
No sabréis lo que es odiar a los constructos hasta conocer a estos. Si de por sí este tipo de monstruos son duros y se pasan por el arco del triunfo la mayoría de las señales, contra estos directamente es tontería usarlas. Lo único que sirve contra los golems es el ácido y armarse de paciencia, ya que tendréis que centraros en esquivar antes de pensar en darles un golpe. Bombas de dimerita como vuestra única alternativa siempre y la señal Yrden como herramienta de último recurso, más para salvaros vosotros que por lo que podáis hacerle.
Elementales de hielo:
Seamos claros, el nombre ya lo dice todo. Es de hielo, ataca con hielo y aparece en lugares donde esté elemento es el rey, lo que vienen siendo las Skellige. Valeos de la señal Yrden para entorpecerlos un poco y las bombas de Dimerita para hacer todo el daño posible.
Elementales de fuego:
En lo que a estos constructos se refiere, la principal diferencia con los anteriores es, además del elemento, la señal que más les perjudica. Sus mayores debilidades son la señal Aard y las bombas Viento del Norte, ambas enfocadas en apagar las llamas de su cuerpo y hacerlo más vulnerable a vuestros ataques. De ambos métodos el más efectivo es la bomba, ya que al congelarlo permanecerá más tiempo apagado y tendrá que limitarse a los ataques cuerpo a cuerpo.
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Elementales de tierra:
Decir que su manera de ataques es similar a los golems, no sería ninguna mentira, pero tampoco sería justo a la verdad. Pegan más duro y su agresividad tiene bastante que ver con sus parientes. Protegeros con la señal Quen os dará algún respiro, pero no subestiméis la fuerza de sus golpes. Si es posible y tenéis suficientes, lanzadle todas las bombas de dimerita de vuestro arsenal.
Djinn:
Podría haber más de un djinn, pero solo os encontraréis con uno en todo el juego y será suficiente para no repetir la experiencia. Esta bola concentrada de electricidad y aire os acosará de la peor manera posible, obligándoos a moveros desde el primer segundo al último. Usar las señales Axii e Yrden relajarán un poco el ritmo del combate, así que aprovechad esos momentos para lanzar bombas de dimerita a discreción. Una cosa más: derrotarle es clave para una de las escenas más bonitas de la trama de The Witcher 3.
Sabuesos de la cacería salvaje:
Si bien su tamaño es más reducido, sus números lo compensan con creces. Aparecerán acompañando a los guerreros de la Cacería Salvaje y atacarán en tándem con ellos, pero incluso si están solos no os atacarán en un grupo menor de 3. ¿Problema? Usan picos de hielo para hacer más daño y su técnica favorita es acoso y derribo, pero la dificultad aumenta cuando solo queda uno, pues el superviviente se volverá más agresivo. La buena noticia es que, al ser de hielo, Ygni y cualquier bomba que estalle les hacen mucho daño.
Duendes:
Su aspecto es extraño. Su hogar es el País de las Mil Fabulas. La manera de atacar es bastante simple: son sombras que atacan en grupo, sin más. Lo más curioso de estos seres es la falta de definición de sus cuerpos y su talento para crear emboscadas, pero nada más allá de la realidad. Son los únicos que cuentan más como dato curioso que como amenaza.
The Witcher 3: Wild Hunt está disponible para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch. Con la salida de la nueva actualización Next Gen, también podréis disfrutarlo en PS5 y Xbox Series X/S. Recordad seguirnos en nuestra página web y las redes sociales para no perderos las novedades del mundo gamer.